miércoles
PROGRAMA 25 BLOQUE 3 - LOS ALTAMIRA EN CALL CENTER (CIA DE SEGURO Y ASISTENCIA AL SUICIDA) - LEO MASLIAH - ALIBABA Y LOS 40 LADRONES
JAVIER GONZALEZ PRESENTA LA DIALECTICA DEL AMO Y DEL ESCLAVO DE HEGUEL
Hoy me gustaría retomar el análisis de la obra del filósofo que
forma parte de la trilogía de los pensadores más importantes del idealismo. Me
estoy refiriendo a Hegel y más específicamente
a un fragmento incluido en su obra célebre “Fenomenología del espíritu”,
escrita a principios del siglo XIX, en el cual desarrolla lo que se dio en
llamar “La dialéctica del amo y el esclavo”.
Vale recordar que para Hegel sujeto y objeto son la misma cosa,
representados por el hombre y por la historia humana, respectivamente.
En ese contexto se plantea acerca del origen de la historia,
concretamente se pregunta cómo comenzó ésta.
En definitiva lo que está intentando conocer es el inicio de las
relaciones humanas.
Para Hegel la historia comienza a partir del enfrentamiento a muerte
de dos deseos, más exactamente de dos conciencias deseantes.
En este punto cabe efectuar una distinción entre el deseo humano y
el deseo animal. Éste desea cosas, mientras que el hombre desea deseos.
Ambas conciencias desean que la otra la reconozca y se le someta.
Producto de este enfrentamiento una de las conciencias, por miedo a
morir, resigna sus deseos y acepta su derrota, constituyéndose a partir de ese
momento las figuras de amo y esclavo.
Sin embargo, el amo queda en estado de absoluta insatisfacción pues
quien lo reconoce y se le somete no es sino apenas un esclavo. Alguien a quien
no puede considerar un par suyo.
El esclavo, por su parte, comienza a trabajar para el amo, el cual
se transforma en un ser ocioso y pasivo. Como consecuencia de su labor el
esclavo trabaja la materia, y a partir de la transformación que provoca en ella
construye la cultura y descubre su libertad, ya que, aún en la situación más
humillante, el obrero siempre elegirá el momento y la manera en la que llevará
a cabo su tarea.
Resulta entonces paradójico que la historia humana tendrá como
protagonista principal al esclavo, toda vez que el amo, entregado al goce de
las cosas y la pasividad, emparenta sus
deseos con los del animal.
Para finalizar esta columna, quisiera justificar el porqué será el
materialismo el tema intentaré desarrollar inmediatamente en futuros programas.
Hegel expresó el triunfo de la burguesía, lo cual trajo aparejado el
surgimiento de un nuevo sujeto histórico, el proletariado.
La
característica esencial de la clase obrera es que trabaja con la materia y el
filósofo que surge para expresar a este nuevo sujeto es el alemán Karl Marx, el
cual elabora un pensamiento filosófico denominado “materialismo histórico”, que
parte de la materia y se inspira en la figura del esclavo hegeliano. De allí la
cercanía ideológica entre Hegel y Marx en el pensamiento revolucionario de
izquierda.
martes
JAVIER GONZALEZ PRESENTA HEGEL
En programas anteriores estuvimos conversando acerca de dos
pensadores pertenecientes a la filosofía idealista, esto es aquella escuela
que, en su intento por conocer y comunicar la realidad, parte del sujeto y no
desde el objeto. Me estoy refiriendo al francés Descartes y al alemán Kant.
En esta oportunidad haré mención a quien completa la trilogía, el
filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel, a quien debemos ubicar en la segunda
mitad del siglo XVIII y primera mitad del siglo siguiente.
Hegel es considerado el filósofo de la revolución francesa, ya que
del mismo modo que en el plano político la burguesía capitalista europea se
apodera de la totalidad del poder; en el aspecto filosófico tal situación
encuentra su correlato en un apoderamiento racional de la totalidad de la
realidad. A este respecto el pensador declara: “La historia es mi materia” y
“La historia es lo que tengo que pensar”.
Para Descartes la única certeza, el único conocimiento acerca de
cuya verdad no puede dudarse, se vincula con el cogito (su frase: “cogito, ergo
sum” debe traducirse como “pienso, luego soy”), es decir, con el primer
conocimiento seguro y con el fundamento de cualquier otra verdad. Sin embargo,
con relación al mundo exterior, al que llamó “res extensa”, recurre a la
veracidad divina, o sea, a la ayuda de Dios.
En el caso Kant habíamos visto que, prescindiendo de la ayuda divina,
partía de un sujeto cognoscente, quien en definitiva es el que le da forma a la
realidad, aunque reconocía que la realidad en sí resultaba incognoscible. Esta
última circunstancia tiene su correlato en el plano político con el hecho que
la burguesía, hasta ese momento, no se había adueñado aún de todo el poder.
Por el contrario, para Hegel los términos “sujeto” y “objeto” (en
este último caso son sinónimos “materia “ o
“sustancia”) son lo mismo. Para él, el sujeto es el hombre, y el objeto,
la historia humana, y ambos se van haciendo al mismo tiempo.
La historia humana es la historia del desarrollo autoconsciente del
espíritu, y el hombre, a su vez, va
dándose forma a través de la historia para constituir lo que que Hegel llamó un
saber o espíritu absoluto.
De esta forma la razón se apropia de toda la realidad, entendiendo a
ésta como la realización de la historia
humana y como el desenvolvimiento dialéctico de la historia del hombre.
En definitiva, la historia y el sujeto que la hace son la misma cosa.
Ahora bien, cabe en este punto explicar la forma en la que, para
Hegel, se produce el desarrollo histórico. El mismo es teleológico (del griego
“telos” que significa “fin”) porque Hegel estudia la finalidad de la historia.
Para él, lo hechos históricos tienen un sentido y se desarrollan
linealmente. Cada desarrollo, a su vez,
constituye una totalización de las formas históricas anteriores, esto es, contiéndolas. Esta circunstancia lo lleva a
declarar que: “Ahora la historia en mí se sabe a sí misma”. Es decir, habiendo
partido de los griegos la historia, según Hegel, concluye en él.
La mencionada totalización puede ser resumida a través de tres
grandes momentos: a) afirmación; b) negación; y c) negación de la negación. Tal
vez un ejemplo de este desarrollo histórico podríamos encontrarlo en el orden
feudal (primer momento: afirmación), en la burguesía que se apodera del poder
político (segundo momento: negación) y finalmente, en un tercer momento (aunque
sólo verificado en el plano teórico del pensamiento de Karl Marx) constituido
por el surgimiento del proletariado que vence a la burguesía.
De esta manera, una vez alcanzada la totalización, el proceso no se
detiene allí sino que vuelve a empezar y el hombre va haciendo su historia a
través de rupturas, quiebres y negaciones.
Finalmente,
corresponde señalar que la mayores críticas que recibió la filosofía hegeliana
se vincularon a la categoría de totalidad y fueron realizadas por parte del
posmodernismo y el post estructuralismo, en el sentido que dichas escuelas consideran que la
historia no tiene sentido ni progresa linealmente, sino que, realidad, se trata
de una sucesión de infinitos fragmentos carentes de relación entre sí.
miércoles
PROGRAMA 22 BLOQUE 5 - CRISTIAN ALDANA
PROGRAMA 22 BLOQUE 4 - CRISTIAN ALDANA
domingo
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